El próximo 12 de octubre la Basílica de Nuestra Señora del Pilar celebrará su 290 Aniversario bajo el lema “Madre del Pilar enséñanos a confiar en Dios”.
Compartimos debajo el texto de la nota de AICA en el marco de la celebración.
El hermoso templo basilical de Nuestra Señora del Pilar, en el porteño barrio de la Recoleta cumple el próximo 12 de octubre 290 años de vida. Un ícono del barrio y de la misma ciudad de Buenos Aires, siendo, después de la catedral metropolitana, el lugar religioso más visitado por turistas y visitantes.
Para celebrar este importante aniversario la comunidad parroquial, bajo el lema: “Madre del Pilar enséñanos a confiar en Dios”, está organizando una serie de actividades y festejos.
“El templo de la basílica del Pilar, se inauguró el 12 de octubre de 1732, después que se terminara de construir la torre de 30 metros. Es junto con la Iglesia de San Ignacio una de las más antiguas de nuestra ciudad con su estilo original barroco”, explicó a AICA el presbítero Gastón Lorenzo, que desde marzo de 2020 es el párroco.
La iglesia data del siglo XVIII y conserva en su interior obras de arte barroco, como el altar mayor, en cuyo nicho central se encuentra la imagen de la Virgen del Pilar.
Los frailes Recoletos, llegados de España en 1708, comenzaron a construir el templo en la antigua chacra “Los Ombúes”, que había sido donada por un matrimonio a Juan de Narbona.
Obra del jesuita Andrés Blanqui, la edificación comenzó en 1715 y en 1718 estaba terminado el primer claustro. En 1721 se terminó el segundo claustro. En 1725 se terminó la iglesia, seis años después se colocó la campana San Antonio de Padua en la espadaña. Se terminó la torre de 30 metros y el 12 de octubre de 1732 se inauguró la iglesia, acontecimiento del que se cumplen 290 años.
“Los franciscanos recoletos fueron los que se hicieron cargo de la atención pastoral de la iglesia, por eso bajo el patrocinio de la Virgen del Pilar, pusieron como copatrono a su fundador, san Pedro de Alcántara”, cuenta el padre Lorenzo y añadió al respecto que “el templo tiene una imagen del santo, de un gran valor artístico, que en principio estaba en el retablo principal del altar mayor pero que dejó lugar al escudo de la basílica cuando en 1936 fue elevada a la dignidad de basílica por el papa Pío XI y la imagen de san Pedro de Alcántara se puso más cerca de la entrada del templo, junto a la pila bautismal, en la entrada a la Capilla del Santísimo Sacramento.
El tesoro más importante de la Basílica del Pilar
Es justamente en esa Capilla del Santísimo Sacramento, que desde hace ya dos años hay adoración perpetua. “Alrededor de 500 personas asumieron el compromiso de que Jesús sacramentado sea adorado todos los días, de domingo a domingo, las 24 horas de cada día”, expresó el párroco y no duda en afirmar que “más allá de la riqueza histórica y la belleza del templo, de sus altares, sus imágenes, del rico patrimonio artístico, es, sin lugar a dudas, la Capilla del Santísimo y la adoración perpetua el tesoro más grande que tiene. Una riqueza singular, y una fuente de gracia, no sólo para los que vienen a adorar, sino para toda la parroquia y para todos los que pasan por aquí”.
El templo del Pilar, no sólo es un emblema del barrio al que le dio su nombre (por los padres Recoletos) sino también es un punto neurálgico del turismo en la Ciudad.
El segundo templo más visitado por turistas
La basílica de Nuestra Señora del Pilar es, después de la catedral metropolitana, el lugar religioso más visitado por turistas y visitantes.
“El turismo aquí está todos los días, cuenta el padre Gastón, y de manera especial durante los fines de semana”. De ahí que el párroco destacó que “en el Pilar confluyen personas de distintos lugares, con distintas inquietudes y termina siendo por la belleza de su templo, por su atracción, también un puente, un medio para encontrarse con Dios… y esa Capilla del Santísimo Sacramento, termina siendo un lugar de paz para los visitantes”.
En 1821 el gobernador Martín Rodríguez y su ministro de gobierno Bernardino Rivadavia, expulsaron a los frailes de la Recolección expropiando todos sus bienes, la iglesia quedó cerrada por varios años y en la antigua huerta se creó el Cementerio de la Recoleta. En 1834 se destinó el Convento a asilo de mendigos y luego de ancianos.
“Hoy ya no están los franciscanos recoletos”, explica el padre Lorenzo. Desde 1829 el clero diocesano se hizo cargo de la atención pastoral de la parroquia y reiteró el “tesoro espiritual” que significa la atención “para tanta gente que busca la gracia de Dios por medio de los sacramentos”.
Las nuevas generaciones unen pasado y futuro
La comunidad parroquial, tal como la describió su párroco, heredera de una gran historia, es numerosa, diversa, piadosa y comprometida social y espiritualmente y destacó especialmente “la cantidad de jóvenes”, especialmente en edad universitaria, que “asisten habitualmente a la parroquia para nutrirse espiritualmente y también para formarse, para ser apóstoles dispuestos a llevar la tarea que Dios les pida”.
El párroco destacó que esto hace también que la acción pastoral del Pilar, tenga esa especificidad que le da “como un diálogo entre el pasado y el presente, por toda la gente que viene, y también proyectándose hacia el futuro con la esperanza de que las nuevas generaciones puedan seguir transmitiendo con la misma fidelidad que desde hace 290 años”.
El rostro visible de la Caridad del Pilar
Suma también al patrimonio histórico, artístico y espiritual de la comunidad parroquial el profundo compromiso social y solidario que lleva adelante a través del colegio parroquial a su cargo (en Junín y Vicente López) y también de los diversos proyectos que patrocina la Fundación Nuestra Señora del Pilar con el objetivo de que “las personas que pasan por la Fundación encuentren herramientas adecuadas para vivir e insertarse renovadamente en la sociedad, autoabastecerse y vivir en libertad”.
La Fundación sostiene un Hogar de Niñas y adolescentes y la Casita de universitarias en el barrio de Barracas; la Casa del Reencuentro, para mujeres necesitadas de asistencia con hijos pequeños que no tienen un espacio habitacional adecuado y la Casa Saavedra para acompañar a mujeres en estado de vulnerabilidad o con dificultades que aún no están en condiciones de sostener un alquiler, para acompañarlas a que lo logren a corto y mediano plazo.
Finalmente, en el último tiempo, la Fundación inició el Proyecto Vida cuyo objetivo es acompañar a jóvenes menores embarazadas que tienen dificultades para transitar solas su embarazo, acompañarlas en ese tiempo hasta el nacimiento de sus hijos y durante el primer año de vida del niño.
“De esta manera, subrayó el párroco Lorenzo, la iglesia Del Pilar, encarna la misión fundamental de la Iglesia Católica, que es la caridad fraterna, es el rostro visible de la caridad del Pilar, comprometiéndose toda la comunidad, tanto los que habitualmente asisten a la basílica, como los que ocasionalmente pasan por ella”.
Museo de los claustros
Por último, el padre Gastón Lorenzo consideró importante destacar de la vida parroquial, el Museo de los Claustros, “que no sólo recoge patrimonio de los claustros sino también algún otro que nos han hecho llegar para poder exponerlo, tanto para el turismo como para colegios que estén interesados”.
“El museo de los Claustros -señaló- tiene este servicio de poder apreciar las obras de arte del siglo XVIII, la platería, vestimentas litúrgica arte sacro, mobiliario. Conocer la vida de los monjes y del barrio de la Recoleta. Estas visitas se hacen en horarios determinados y es una oportunidad también de entrar en diálogo con la rica historia de la basílica”.
También, con motivo de las fiestas patronales jubilares, el 16 de agosto se inició la restauración del órgano histórico de la Basílica del Pilar. El órgano de tubos fue instalado e inaugurado con motivo de la procesión final del Congreso Eucarístico Internacional del año 1934, que partió de la Basílica hacia el altar erigido en Palermo, en el Monumento de los Españoles, presidido por el entonces legado pontificio del papa Pío XI, el cardenal Eugenio Pacelli, futuro pontífice Pío XII.
La restauración está a cargo de “Organería Argentina” y se realiza con apoyo del Banco Supervielle a través de Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires.
“La primera parte de la restauración -contó el padre Gastón- estará concluida para la celebración del 12 de octubre, para poder acompañar musicalmente la solemne misa del 290 aniversario”.
Programa de festejos
La comunidad parroquial preparó un programa de festejos para celebrar este 290 aniversario del templo que comenzaron en septiembre, con una Misión realizada en las familias de los encargados de edificios del barrio.
“La primera actividad en el marco de los festejos, es de orden apostólico, sumándose al espíritu misionero de la Iglesia”, precisó el párroco y detalló que esta Misión culminará el viernes 14 de octubre con un gran acto en el colegio parroquial donde están invitados todos los encargados y sus familias.
El programa sigue, ya en un clima más festivo, con una peña folclórica, que se llevará a cabo el 23 de septiembre a las 20, a la que se invitó a todas las familias para “celebrar juntos los 290 años de la presencia de Jesucristo en el barrio de la Recoleta”. Las entradas están disponibles en la secretaría parroquial.
De cara a la celebración central del 12 de octubre, se rezará una novena preparatoria, por distintas intenciones y especialmente por la Patria, que tal como destacó el padre Lorenzo, especialmente “en estos momentos de necesidad y sobre todo de paz y reconciliación”.
El 12 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Pilar y día que se cumplen los 290 años de la iglesia, se celebrará una solemne Eucaristía, presidida por el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, concelebrada por los sacerdotes de la parroquia, y que contará con numerosas personalidades, entre ellas la embajadora de España, el cónsul general de España en la Argentina, miembros del Consulado, presidentes y autoridades de asociaciones españolas en la Argentina, quienes -finalizada la misa- animarán la jornada, en el atrio parroquial, con bailes típicos mostrando la íntima relación que existe entre la Basílica del Pilar y la Madre Patria.